30 agosto 2006

Dentro de unos minutos cumplo TREINTA AÑOS!!!! ... no sé si estoy emocionado o asustado, sinceramente... Por un lado siento la (cada vez menor) emoción de cumplir años, y por otro siento en mis propias carnes el paso del tiempo como el mordaz soplido de una vela de cumpleaños.

Siento que, si bien todavía soy Joven, los últimos años han pasado como un relámpago que acaba de esfumarse delante de mis propias narices dejando un cierto olor a retintín burlón.

A diferencia de otros años, durante el día de hoy (me falta un minuto para los 30, ...30!!) se me han ido sucediendo imágenes y episodios de mis últimos 29 años (son las 0:00!!! * ) y la verdad es que se me ha quedado cara de tonto viéndome como niño, inocente, curioso, pillo, inquieto, travieso, observador, orgulloso, imaginativo, juguetón, peleándome, llorando, riendo, partiéndome a brincos ....en fin, de casi todas las formas!

Me he visto como adolescente, asomando a la vida con la misma reticencia con la que un felino palpa el agua de un riachuelo para cruzarlo, ...y con la cara de un pavo que pretende hacerse un sitio en el corral con cuatro plumas mal peinadas, me he visto retador, reaccionario, con aquel imberbe sentimiento de frustración e inadaptación bajo una debilitada ala familiar, me he visto como amigo, aventurero, escurridizo, vivo y descubridor. Felizmente engañado y atrozmente desengañado.

Como alumno aventajado y como alumno perdido, con aquel vacío en el estómago cada vez que entraba la profesora de matemáticas por la puerta del aula, con aquel miedo de línea de fuego al tener que decir que no habías hecho los deberes o de cuando te hacían salir a la pizarra sin tener ni la más remota idea de los problemas; con las prisas y las ansias de un fugitivo cuando sonaba la campana del juego y del olvido. La de los primeros amargos cigarrillos a escondidas con los amiguetes, la de los rondos con bocata, los vaciles, las risas y la reconfortante unión con los amigos...

Me he visto entrando en casa y percibiendo el olor podrido a mentira que dejan los Habanos y el vino rosado, entrando en el refugio de Mi Habitación, escondiendo el motín de la batalla del día en mis cajones. Mirando mi entonces cada vez mayor colección de cervezas con el detenimiento y el orgullo con el que uno contempla un trofeo. Oyendo a mi madre a lo lejos anunciando que ya está en casa con ese tono entre alegre y mediador. Pasando revista del día en el colegio mientras preparábamos las bandejas para la cena, y acostándome con el amargo remordimiento de no haber hecho los deberes.

He recordado mi anuncio ilusionado de querer estudiar Derecho en Navarra y la consiguiente sonrisa esperanzada de mi madre. El golpe bajo del de Lengua. Estudiando la selectividad durante uno de mis mejores veranos. Cumpliendo los 18, sacándome el carnet y dirigiéndome a Francia por autopista cual astronauta que va a la Luna.

Me he visto en familia en una familia francesa, descubriendo que el Amor y la palabra Gracias pueden convertirse en eternas e incondicionales más allá de tu lugar de nacimiento.

He recordado el momento en que, contenido, leía la carta que anunciaba mi admisión en Navarra y como, hasta Strong, saltaba conmigo como si hubiéramos marcado un gol en la final de la Champions. Por unos momentos me he vuelto a sentir Universitario y he recordado mis primeros tratos serios con la Responsabilidad, y el florecimiento de nuevas y férreas Amistades. Mis constantes redescubrimientos de que la generosidad del Sr. Visa caduca con el mes; los primeros bofetones del Patxarán y del Vodka barato, y mis primeras andaduras con la resaca de los viernes por la mañana.

Me he visto inexperto en pareja, llorando por amor en la distancia, escribiendo y esperando cartas como el que espera un Beso. Tomando decisiones a dos y soñando inocente e ingenuamente un futuro idealizado. Sufriendo ese dolor que sólo el desamor sabe proferir, y recomponiéndome como por arte de magia.

He descubierto que se puede amar más de lo que has amado y que te la puedes volver a pegar más fuerte que la última vez.

Me he visto Licenciado y luego Abogado. He recordado mi primer sentido de la Profesionalidad, me he visto empezando a aprender un Oficio y, unas veces resignado y otras embravecido, a equivocarme una y otra vez. He descubierto que las relaciones humanas en el trabajo tienen su propio Código de Conducta.

Me he visto anunciando mi cese ante los ojos atónitos de mi jefe con el alivio del que se quita una piedra del zapato.

Me he visto queriendo de verdad como Hombre, como Hermano, como Hijo, como Nieto, como Amigo y como Pareja, y me he emocionado con sólo pensarlo...

Me he visto descubriendo que no todo en el mundo es como nos han querido hacer creer o como se nos ha antojado creerlo en un momento dado porque sí; que las convicciones más profundas son las que nacen tras la ruptura de un Esquema preconcebido, y que la palabra Prejuicio sobra en el diccionario.

Creo firmemente que no hay mal que por bien no venga, que la Vida se debe saborear a cada mordisco, y que como mejor se disfruta ...es Andando y Viendo.

Gracias por estos primeros treinta años tan llenos de Vida!


* Felicitats! ... i gràcies Mamà fer haver-me fet i parit, i donar-me la oportunitat de poder ser el teu fill i germà del Francesc i de l’Enric!

16 agosto 2006


Tenemos la extraña idea de que el amor es algo que debe durar eternamente, pero el amor no funciona así. El amor es una energía libre que viene y va a su antojo. A veces perdura durante toda una vida, otras sólo nos acompaña durante unos segundos, un día, un mes o un año. No podemos tenerle miedo al amor sencillamente porque nos haga vulnerables, y tampoco podemos sorprendernos cuando nos abandona. Lo único que podemnos hacer es agradecer el hecho de haber podido experimentarlo.